Siento tu
respiración en mi espalda.
El calor de
tus manos recorriendo mi piel
y abrazándome
con la fuerza de los dioses.
Te siento mía
por momentos.
Thor es tu
aliado
y me sujeta
con la
fuerza divina de Hércules.
Siento tu
deseo turgente,
tus pezones rozándome
y las ganas
de hundirse en mi interior.
Y despacio
siento
el aliento
de tus gemidos
silenciándose
entre mis caricias.
Camino despacio
para acurrucarme
suavemente,
en tus más
íntimos deseos
y disfrutar
de tu roce a cada instante.
Siento vivir
y con ello
revive
la llama de
mi cuerpo.
Y respiro
aceleradamente.
Mi cuerpo se
levanta,
mojado
aunque ajeno
al
sentimiento de la mañana.
Desperté del
sueño.