Días... ¿Tristes? NO, gracias

Son días grises, de lluvia.

Días de ganas de no hacer nada,

de quedarse en casa y hacer palomitas…

Dicen que días tristes, aunque me gustan.

Menos mal que guarde,

una vez hace ya un tiempo,

en el cajón de las verdades tus sonrisas

y en días como hoy puedo sacarlas de nuevo…

para que endulcen mi vida.

Días de Luna escondida, 

aunque esté tan lejana la Luna.

Ojos que florecen

Y florecerán jardines

de flores exóticas en tus ojos,

deslumbrando raíces inhóspitas

escondidas es tus entrañas,

allá donde la luz se esconde y mi lengua

busca que los gemidos salgan espontáneamente

en tu jardín de flores raras.

Porque la timidez de tu encanto

tiene más de una mirada

y encuentro fascinante como sería,

adormecerme entre las sábanas húmedas

por los recuerdos de las caricias pasadas,

en las noches de la Luna estrellada.

Me pertenece la luna

en la almohada de la madrugada

cuando su luz entra por mí ventana.

Y no me acostumbro a estar sin ti,

Expectante ante...

Tenerte ante mi expectante,

con la mirada al frente

cruzándose nuestros ojos

mientras las pupilas hablan

y los dedos escriben versos

en la piel tan deseada.

Y escuchar de tus labios gemidos

y deseos que se atragantan,

palabras entrelazadas

como nuestras piernas cuando se aman.

Y escucharte despacio rimas deseadas

que has escrito con tu mirada,

en el mejor poema jamás escrito.

Porque las letras se dibujan en tu retina,

y tus pupilas dicen las palabras exactas

para hacerme descubrir un mundo nuevo,

allá donde anidan las brujas perfumadas.

Por tu locura cuerda

Porque sé que ella no está loca

más allá de su locura cuerda.

Porque sé que todo en ella es magia

que envuelve mi ser con su mirada.

Porque su timidez se desata

cuando siente el cuero en su piel. 

Y levanta sus alas al viento

para volar donde el fuego enciende

las brasas candentes de su cuerpo,

levantando las cejas y dejando volar

su imaginación por debajo de su falda.

Porque enfundada en su piel de hada,

el deseo no tiene fronteras que no sean

aquellas que ella le proclama al viento.

Porque no hay timidez más lejana

que la que no se deja ver

entre las ramas de un bosque repleto

de luces que no se apagan y grandes esperanzas.

 

Y yo tendré el valor de atarme a tus deseos

para no dejar escapar tus ganas

de estar a mis deseos y penetrar en tus entrañas.

Atarte para que seas libre

Y atar tu cuerpo

para conseguir que tu mente sea libre.

Y caminar entre tus pechos

para viajar entre tu mente.

Y descubrir con anhelos que estas

mojando tus placeres ocultos.

Y acariciarte con pausa

cada rincón de tu cuerpo

y que tus entrañas despierten

en el anhelo del deseo.

Y ruborizarte con palabras fuertes

que enciendan la mecha de tu traca final,

que acabe con un terremoto incandescente

que hará arquear aun más, si cabe,

tu piernas para atraparme

cual araña viuda, y poseerme

como una vikinga encendida

por el don de los Dioses

de dedos, miembros y lenguas calientes.

Lo políticamente correcto, o no...

Derribaré desde mi soledad

la incerteza de lo bueno y lo malo.

Destruiré los mitos que hacen

que lo bueno se declare malo

y lo malo sea aún peor.

Maldeciré las extrañas palabras

que intentan derribar realidades existentes

y levantar muros de sospechas

sobre lo realmente insospechado.

Haré que lo malo sea bueno,

y lo peor sea, morbosamente, deseado

para llevar a la practica la realidad

de los sueños interminables

de la mente retorcida de aquellos

que no ven normal las verdades más reales

de este mundo lleno de perversiones

necesariamente agradables y deseables.

Camino de estrellas a la Luna

Suave luz la que entra por la ventana

para presentarme a la mañana que anida,

extraña, entre flores raras.

Luces que admiramos juntos

con la esperanza puesta en los sueños

hechos realidad esta noche pasada.

Porque en la eterna soledad de la mañana,

el corazón lo puede todo, y siempre gana.

Porque si tu estas bien, mis ansias se pierden

y mi esperanza gana por momentos.

Porque si tu sonríes, eres la luna que despierta

la calma tensa de la espera del que espera

esperando la dulce espera de la madrugada.

Y seguiré caminando buscando estrellas

ocultas, aunque brillantes, en la noche cerrada,

y aparecerá tu luz para sorprenderme en los sueños

que se cumplen en la noche, cuando llega la mañana.

Tenerte cerca es el sueño del Sol, cuando la Luna avanza.

Hay que gustito para mis orejas

Porque no hay camino más deseado

que aquel que empieza en tus labios

y acaba justo entre tus caderas,

allá donde empiezan tus piernas.

Porque no hay misterio más alegre

que el silencio de mis dedos

acariciando tus piel húmeda y tersa.

Porque los sueños de la Luna llegan

hasta tu entrepierna donde se queda

el gustito para mis orejas

cuando se sumerge mi cabeza en tu cueva.

Porque el cielo se estremece

con tus gemidos de princesa vikinga,

con sus ganas de placer intactas

y sin olvidar su propia autodefensa.

Porque tus piernas saben moverse

al ritmo que solo tu deseas.

Abrir y cerrar permanente, de ojos,

con los gritos del silencio 

entre tus montes erectos.