dissabte, 23 de març del 2019

Hay que gustito para mis orejas


Porque no hay camino más deseado
que aquel que empieza en tus labios
y acaba justo entre tus caderas,
allá donde empiezan tus piernas.
Porque no hay misterio más alegre
que el silencio de mis dedos
acariciando tus piel húmeda y tersa.
Porque los sueños de la Luna llegan
hasta tu entrepierna donde se queda
el gustito para mis orejas
cuando se sumerge mi cabeza en tu cueva.
Porque el cielo se estremece
con tus gemidos de princesa vikinga,
con sus ganas de placer intactas
y sin olvidar su propia autodefensa.
Porque tus piernas saben moverse
al ritmo que solo tu deseas.
Abrir y cerrar permanente, de ojos,
con los gritos del silencio 
entre tus montes erectos.