Ver la belleza de tus ojos

Apagar la luz

para ver la belleza

intensa de tus ojos.

Descubrir en la oscuridad

toda la fuerza

que anida en tu interior.

Admirarte

como la muestra más grande

de cómo se es

cuando no se falla nunca.

Descubrir en tu cuerpo

el eterno deseo del amor.

Ser un choque de planetas

que nos haga ser al instante

estrellas brillantes

que inunden el cielo

con nuestro amor

solidariamente eterno.

Descubrir el horizonte de tu compañia

En un abrir y cerrar los ojos.

Levantar la vista al cielo

y poder asomarme

a la panorámica de tu cuerpo.

Deleitar mi mirada

cruzándose con tu mirada

y repartir miles de besos robados.

Buscar la razón allá

donde se esconde

el interior de mi corazón

y compartirlo con el tuyo

donde los gemidos

van más allá del murmullo.

Descubrir el horizonte de tu compañía

y disfrutar con mi mano cogida de la tuya.

Y que pase el tiempo,

rápida o lentamente porque,

en mis latidos, estarán los tuyos

por y para siempre presentes.

Y que el viento sople la espuma del mar

Siempre la eterna duda.

¿Cuándo ha visto alguien

donde acaba el mar?

Yo si se donde termina tu espalda,

y como el final del mar

es el lugar más encantador

que mi vista alcanza.

Es el deseo necesario

para dominar las ansias

y sobrecogerse ante el reto

que marca esa distancia.

Necesidad de penetrar

con mis dedos en tus mejillas sonrojadas

y que el placer que acabe

en la explosión eterna,

como la de un volcán en lava.

Y que el viento sople la espuma del mar.

La luna y las estrellas del deseo

Cerrar y los ojos

y volar donde anida tu mente,

aunque la luna hoy este borrosa,

sigue vigilante entre nosotros.

En la distancia de la nada y del todo.

Donde las flores renacen

y llenan el campo

de colores vivos y alegres.

La luz de la luna es tenue pero firme.

La miro y el cielo me llena de alegrías.

Las estrellas luchan con las nubes negras,

para acabar ganando

la batalla de las flores y los vaivenes.

Brilla en el cielo la estrella del deseo

y a su lado la del amor eterno.

Ambas cuidan de ti y de mi,

aun en la distancia.

Como las estaciones,... Cambiamos

Cambiamos,

                         despacio,

como las estaciones…

De los colores

fuertes y vivos del verano,

llega el otoño.

Y con él, la dulzura del dorado,

de las hojas cayendo

para hacer mas mullido

el camino que nos queda.

Caen las hojas

pero reverdece la simiente

que nos da la vida.

Reímos como siempre,

y no nos detiene nada ni nadie.

Llega el otoño y con el

nuestro amor crece

hasta donde las hojas las lleve el viento,

porque nuestro amor es eterno. Imperecedero.