Sin importar nada más.
Saborear
cada uno de los poros de tu piel
y con ellos alcanzar el paraíso.
Sentir tu cuerpo pegado al mío
y que el mío este tan cerca del tuyo
que entre los dos no corra el aire.
Fundir nuestros cuerpos
como si fuesen…
unos labios húmedos.
Mezclar nuestro sabor
hasta hacer uno solo.
Y que las luces de la calle
continúen apagadas
para que no haya más testigos
de nuestro encuentro
que las mentes privilegiadas
de los que tanto nos queremos.
Con amor, el amor se paga.