Tenerte ante
mi expectante,
con la
mirada al frente
cruzándose nuestros
ojos
mientras las
pupilas hablan
y los dedos
escriben versos
en la piel
tan deseada.
Y escuchar
de tus labios gemidos
y deseos que
se atragantan,
palabras
entrelazadas
como
nuestras piernas cuando se aman.
Y escucharte
despacio rimas deseadas
que has
escrito con tu mirada,
en el mejor
poema jamás escrito.
Porque las
letras se dibujan en tu retina,
y tus
pupilas dicen las palabras exactas
para hacerme
descubrir un mundo nuevo,
allá donde
anidan las brujas perfumadas.