Rosa negra,
profunda y a la vez delicada,
donde los
sueños son más que sueños
y lo oscuro
no es malo ni eterno.
Donde el
cielo rompe con el mar
y se
perduran silencios oscuros y a veces eternos.
Por mucho
que no sepamos
que el
tiempo pasa por ser nuestro aliado.
Cuando te
veo y me siento cercano a ti,,
sin amalgama
de colores que rejuvenecen
nuestras
pieles sonrosadas y delicadas.
Cuando giro
la cabeza y te veo cerca,
sé que nada
ni nadie romperá el hechizo
de tenerte
en mi mente, a mi vera.
Cuando el
deseo se impone a la misma realidad,
los sueños
se alteran por encima de las horas,
y el tiempo
se detiene cuando mi piel roza tu piel.
Lo difícil
no es imposible, no lo es si se intenta
y se vive de
forma permanente queriendo estar cerca.
Sin rendirse
todo lo que sucede pasa porque se quiere.
Si aprendes
a valorar aquello que tienes
y le sumas
aquello que deseas, las incógnitas desaparecen
y las
sonrisas triunfan por encima de la tristeza
de que el
final de los deseos se acerca.