fuerte, muy
fuerte,
que todos
sepan afirmativamente,
que soy el
dueño de mi vida
y que con
ella buscaré el camino
que me
acerque a ti,
allá en el
patio donde habitan las estrellas.
Lucharé contra
vientos y tempestades,
y cruzaré
los anchos mares que nos separan,
para
descubrir, en la oscuridad de tu cama,
ese cuerpo
que me reclama.
Y navegaré
en él, venciendo a la tormenta,
para
llenarte de placer
donde
florece la semilla de tu cuerpo
que se
endurece con mi presencia.
Y penetraré
intensamente
hasta
llenarte de placer
para
conseguir que toda tu
te
conviertas en una fuente de placer.
Porque con
tu placer, mi placer llega.