Cierro los
ojos
que me da
esperanza.
Busco tu luz
en mi oscuridad
para poder
viajar,
despacio
hasta tu cuerpo,
y perderme
en el, en silencio,
hasta que
tus gritos de placer
me hagan
reencontrarme
con mi
propio cuerpo.
Brilla eternamente
la luz
entre las
ansias de allá
donde acaba
tu espalda
y mis dedos
recorren
cada rincón de
tu alma.
Busco la
felicidad
allá donde
tantos años la he buscado.
Y tu cuerpo
se funde con el mío
en un eterno
abrazo
lleno de
deseo y amor reencontrado.