Mi corazón
llora, vacio sin tu presencia,
demasiado
lleno con tu ausencia.
Buscando en
el aire los poros de tu cuerpo.
Acariciando tu
espalda con los ojos abiertos.
Repasando en
mi mente escondida,
aquellos momentos
gratos, de piel con piel,
y conseguir
navegar en el pasado
mirando de
frente hacia el futuro…
y el camino
sigue lleno de flores violetas
a cada lado
del sendero del deseo.
Y mientras
tanto yo, llamando, de nuevo,
a las
puertas de tu corazón.