Quien me
presta una escalera
que me lleve
hasta el cielo
y poder
estar al lado de la Luna
para poder
cantarte con la tuna.
Pensar en
silencio y en soledad
en la
sobredosis de tu amor
para cantar
despacio y a tiempo
con los
sonidos de mi corazón.
Descubrir en
la calma del silencio
los suspiros
de tu alma
y atraerte,
sin recelo,
hasta el
lado oculto de mi cama.
Pensar en
voz alta los gemidos y deseos
para que te
conviertas, junto a la Luna,
en mi más
preciado lucero.