Y penetrar
en ti.
Mecer el
sueño del placer oculto
con uno de
esos besos
que te dejan
con ganas
de acabar
desnudos
en la cama
del deseo.
Y dejar
volar la mente
donde anidan
las hadas.
Y explorar
cada centímetro de tu piel
hasta
encontrar el punto G
de las delicias
añoradas.
Y que fluya
intensamente ese deseo
que escondías
entre sábanas blancas.
Y que se
moje la tierra
y quede
inundada de fluidos perennes
de los que nunca
se acaban.
Y que tu
placer sea mi placer.
Y que nadie
más sepa cómo hacerlo surgir.
Que sea una
secreto
entre dos
amantes eternos.
Y que la
suerte se alíe con nosotros
para suplir
la distancia con deseos
y que las
luces de la noche
refresquen
nuestros cuerpos
cansados y
rotos en el bulevar del Deseo.