Ya está aquí.
Llegó el
momento
de dejar
atrás un año
y empezar
uno nuevo.
Es ley de
vida.
Uno se va el
otro… está.
Besos,
champange, miradas
y sobretodo
ilusiones
sin atragantarse con excesos.
Siempre los
deseos
de dejar
atrás lo malo
y quedarnos
con lo bueno.
Siempre esperando
que sea
un nuevo
rayo de sol
el que nos
alimente las mentes
y que la
cuenta atrás sea,
simplemente
solemne
quedándonos,
al menos,
como ahora estamos.
En las
ilusiones de millones
se
encontraran los corazones
de quienes
nada tengan que perder.
Y el reloj
va más allá de las doce.
No se
detiene y sigue adelante,
incansable
con su tic-tac eterno
del tiempo
que no se para.
Porque no necesito
que venga un año más
para tener propósitos.
mis propósitos son
no rendirme nunca.
Ni para contigo, ni estar sin ti.
Por si acaso,
brindaré con el Diablo,
así ya nunca más
tocaré fondo
Porque no necesito
que venga un año más
para tener propósitos.
mis propósitos son
no rendirme nunca.
Ni para contigo, ni estar sin ti.
Por si acaso,
brindaré con el Diablo,
así ya nunca más
tocaré fondo