entre tus
labios de terciopelo.
Suavidad y
ternura de nuestras manos
reinventando
nuestros cuerpos,
aumentando
día a día,
el deseo de
poseernos.
Inquietudes
y necesidades
de sentirnos
eternos entre nuestros dedos.
Placeres húmedos,
que son el resultado
de la guerra que,
en cada encuentro que
tenemos,
libran
nuestros cuerpos.
Tu piel en
mis labios,
mi cuerpo en
tu cuerpo,
y en la mente
de ambos
un deseo que
se hace eterno.
Ojala haya,
por siempre,
muchísimos mas
encuentros.