Desde lo
lejano de la mente
¿Cuantas
veces buscamos
ser la tentación
que vive en el piso de arriba
y nos
olvidamos que la tentación máxima
es la que
hacemos cada día, la vida misma?
Cada día que
pasa,
lucho por tener
la libertad de mirarte sin tapujos.
Me quitaría el sombrero (si lo tuviera)
ante tu
sonrisa y tu mirada profunda.
Estoy de
espaldas al mundo,
porque
quiero estar siempre frente a ti.
Mirándote a
ti.