Despertando
de la noche más larga
ir dibujando
tu cuerpo
de forma
relajada, tranquila y delicadamente.
Subiendo mis
dedos
por entre
cada uno de los recodos de tu cuerpo
hasta
hacerte estremecer.
Ponerte la
piel de gallina
al lamer y
mordisquear tu cuello y tus orejas.
Y comprobar
en mis dedos
como tu
cuerpo se moja
por las caricias
deseadas desde hace tiempo.
Lamerte
hasta estremecerte.
Acariciarte
hasta mojarte.
Llenarte de
mí con la raíz de la vida misma.