contra
viento y mareas,
planeando
entre nubes agónicas
para
redescubrir aquellas sendas
por las que
antaño caminábamos,
cogidos de
la mano, con paso firme.
Luces de
fuego
que no
pueden quemar nuestros lazos.
Trenzas hechas
con nuestros dedos,
entrelazando
brazos y piernas
hasta
convertirnos los dos en uno solo.
Deseos del
deseo encontrado
y con
sobreesfuerzos de placeres ocultos
que surgen
de forma sistemática.
Placer para
el placer.
Amor por
amor.