Abrir los
ojos
y despertar
de los brazos de Morfeo
con una
sensación propia.
Sentir tu
lengua
recorrer
cada recodo de mi cuerpo.
Deleitándose
en las caricias de la luna
sobre la
mullida almohada.
Descubrir
las sabanas manchada
de los
flujos del amor eterno
en la
existencia del alma.
Mirar por la
ventana
y descubrir
que aun quedan horas de juegos
hasta que
llegue la madrugada.