Cada mañana
los pasos se repiten.
El camino
que se deshizo,
en la noche
anterior,
se rehace
con la esperanza
de que el
nuevo día
nos acoja
con los brazos abiertos.
Mi caminar
se acelera
sabiendo que
en nada
te
convertirás en una nueva meta,
en un nuevo
reto sin límites.
La luz se va
enfureciendo
a medida de
que el destino se acerca.
El proceso
diario de la renovación
va creciendo
y la
radiante figura de energías
se convierte
en el símbolo de la vida.
El sol nace
cada día
para guiarme
cada noche a tu morada.