Nadie mira.
Tu imaginación
es libre
y vuela muy
alto
hasta rincones
inhóspitos
en donde las
flores tienen aun colores del alba.
Fuego de pasión
desenfrenándose en el lienzo de tu piel.
Nada te ata.
Nadie mira.
Y tu mente,
resurge de
las cenizas del encuentro anterior,
anhelando
que llegue pronto el mañana.
Luces de
miedo
alcanzan tus
retinas por la mañana.