Pliegues
insolentes
que dibujan
espacios eternos
debajo la falda.
Sueño con la
sencillez de la vista
para
acelerar el pulso de mis ganas.
Disfruto del
vuelo del halcón
pendiente de
los entresijos
de las
curvas que nacen donde acaba tu espalda.
Camino
despacio.
Sutilmente
viaja mi mano
entre las
sombras de tus enaguas.
Descubro,
sin remedio,
la humedad
de tu hoguera incandescente
que me
abrasa.
Placer
escondido en la intimidad de tu falda.