de
encontrarme replegado entre tus curvas
e ir
descubriendo,
paso a paso,
las formas
que encienden los colores en tu cara.
Desesperación
por penetrar en tu gruta
y que en
cada instante,
se acelere
en mis palmas,
la sensación
de satisfacer los deseos
a los que le
dan forma
los ojos de la
almohada ya en calma.
Aun sudada.
Aun sudada.