No hay noches largas
con la presencia de la Luna
en mi ventana como tatuada
en el cristal de los sueños.
Y si hay problemas
porque el cielo está nublado,
el amanecer los vencerá
con la luz del alba en la mañana.
Y cuidaré de tu pelo
para que el viento
lo haga ir en volandas
y que las luces de la mañana
le den resplandor a tu cara
para reflejarme en tus ojos,
como horas antes
lo hice con la almohada.
Verte presente a mi lado,
a pesar de la aurora tatuada
de reflejos perennes
de sueños y esperanzas.
Luces del cielo gris que rompen
la algarabía de la noche desesperada
y que con la luz me devuelven
el sueño de encontrarte cada mañana.
Y en caso de no verte,
por la noche me harás compañía
desde mi ventana tatuada.
Luna deseada y esperada
en el orgasmo eterno de cada mañana.