Llega la noche
y el cúmulo de sentimientos,
ante tanto silencio,
me confunde de almohada.
Mi cabeza da vueltas
y es que… te siento
demasiado lejos
para poder dormir tranquilo
sin entregarte mi alma.
Tu imagen me da la paz
necesaria para seguir siendo yo,
más allá de ser yo mismo.
A veces me aíslo
demasiado en mi
que parece que habite en ti.
Y sueño que estar despierto
es el mejor regalo de los dioses.
Y respiro profundamente
cuando llegan noticias tuyas
aun desde la distancia.
tan solo un, Te quiero,
vale más que diez mil palabras.