Después de un suspiro,
de nuevo la realidad.
Me gustaría llenarte
la mente de magia, sol,
todos los días
que me quedan por vivir
y que esa magia fuese
cada día diferente.
Llenarte de deseos
y que tus ojos
brillaran firmemente
con la fuerza
de los relámpagos de los Dioses.
Y pisar fuertemente
el terreno por donde vayas a pisar
y que nada se oponga a tus pasos firmes.
Pisaría fuerte para quitarte
la coraza que te ata fuera de mí
y te ataría a las venas de mi corazón
para gritar a los cuatro vientos
que a mí me perteneces.
Y susurrarte al oído
los silbidos del viento
que anuncian que nuestro encuentro
ya está presente
en la biblioteca de las brumas
de lo que está por llegar,
pero que ya está escrito.
Llenarte de magia
cada poro de tu piel
hasta que explotes en mis manos,
justo donde se vuelve sensible mi piel.
