El horizonte
ya tiene dueños.
El espacio,
el silencio, las miradas y los deseos
pertenecen a
aquellos que en si mismos creen,
y si creemos
juntos encontraremos el paso del tiempo.
Y viviremos
para vivir juntos siempre
y dejar de
amarnos en silencio.
Vivir en el
horizonte de los sueños
con la
fuerza del espacio, del silencio
de nuestras
miradas y nuestros deseos.