Luz y
sombra.
Agua y sed.
Azúcar y
sal.
Signos intermitentes
que se
convierten
en señales
esperadas por los amantes
para
desencadenar su pasión desenfrenada.
Deseos que
no se esconden ya
y que los
abrazos hacen perennes
en los
designios de un futuro mejor.
Piel con
piel.
Tacto con
tacto
y con deseo
inmaculado.
Y de
testigos…
las estrellas del firmamento.