pausadamente
recorriendo
cada uno de
los recodos de tu cuerpo.
Navegando en
silencio
entre
sabanas blancas,
cual mar
mojado de placeres.
Interpretando
notas musicales
que me hacen
sentir
compositor
del himno al deseo.
Tu cuerpo
con mis
dedos tecleando
cada poro de
tu piel
hasta
hacerte extasiar,
cual clímax
eterno
en el
sinsabor terrenal
de las
lagrimas de cristal de tu sexo.