comenzamos
la rueda imparable
de la
realidad cotidiana.
Dejamos atrás
la oscuridad de la soledad
y avanzamos
hacia nuevas sendas inhóspitas
que permiten
salir de la penumbra
y avanzar en
silencio
por entre
los gozos de la piel.
Deseosos del
silencio
nos invade
el bullicio de la sensibilidad
y nos
adentramos en la sensatez del dia.
Luces y
sombras
buscando
remedios caseros a lo inhóspito.
Sigue el vaivén
del tren de la vida.