Con rabia
contenida.
Temor a la
luz
que inunda
tu alcoba
para
llenarla de gemidos y placeres.
Sueños
inertes
que nos
permiten caminar
entre las
sombras
hasta
descubrir con gritos ahogados
el encuentro
de las pieles.
SEXO,
Pero siempre
con mayúsculas