en la
distancia del deseo
implorando
las ganas
de
mantenernos unidos y en silencio.
Cruzar
miradas
en las aguas
del desierto de tu cuerpo
y caminar
sobre ellas
en busca del
sonido
amortiguado del viento
tras los
negros cristales del averno.
Necesidad de
descubrir
entre
nuestros dedos
el arte de
los placeres del sexo.