Largos
silencios
que
anteceden a las miradas lejanas
que con el
paso del tiempo
se acercan,
sigilosamente.
Ojos que
penetran en tu cuerpo
hasta
hacerlo estremecer.
Pupilas
amplias, grandes, gigantes,
que desean
adentrarse en ti
hasta sacar
luces en tu espalda.
Gusto y
deseo por mirar
como surgen
placeres ocultos de entre tus dedos…
Cientos de
mariposas
revoloteando
a tu alrededor.