Pasan miles
de aves
inundando el cielo
entre las
finas gotas de lluvia.
Luchan
contra el destino
y mientras
tanto,
nosotros,
sumergidos
en las aguas,
buscamos un
lugar donde amarnos.
Despojarnos
de la ropa,
poca ya,
que nos queda.
Y
conseguimos romper
las barreras
de coral
que nos
arañan los sentimientos.
Búsqueda
desesperada de la sinrazón de lo eterno.