para danzar,
de forma parsimoniosa,
con el
deleite de entenderse con él.
Surge el
rubor del amor
al amar a la
persona amada
y sentirse
amado en el placer
de tenerse
cada uno a su lado.
Amor por
amor en los tiempos del deseo.
Donde la
luna se apoya en mi hombro
para
escuchar mis suplicas de porcelana
en el fulgor
de la mañana.
Nacer cada
día
para seguir
estando a tu lado.
Surgir de
las cenizas, cual Ave Fénix,
y pensar que
lo mejor está por llegar.