en los
planetas de tu cuerpo.
Y descenderé
por los amplios valles
que
encienden mis sueños.
Y me
descubriré a mí en ti
y podre
volar
desde el
mismo silencio eterno
hasta allí donde
anidan nuestros sueños.
Tu cuerpo
arde,
con ganas de
amar y ser amado.
El mío vive
anclado
al encuentro
más cercano.
La luna nos
ayuda
a encontrarnos
cara a cara
al levantar
la vista al cielo
y poder ver
su mirada.
Ella une en
silencio
aquello que a
ambos nos ata.