Un vacio sin
aliento a la hora de partir.
Un latido
que se enciende
en una voz
que se apaga.
Los deseos
que siempre hemos tenido
unidos entre
el sueño y la esperanza.
Una forma de
sentir latir
la fuerza de
tu mirada que penetra en la mía
para
resucitarme el alma.
Un adiós que
se siente
con la
fuerza de la noche larga.
Amanecerá un
nuevo día
y nos
reencontraremos allá,
donde la luz
del sol caliente nuestras alas.