Hoy amanecí
con buen viento.
La barca de
la esperanza
atracada en
mi puerta
y en mis
mejores deseos
navegar sin
parar
por los
mares del placer
que de ti
emana.
Buen viento
y buena barca
para surcar
cada uno
de los
pliegues de tu falda
y alcanzar
allá donde se esconde
el mar de tu
esperanza.
Donde tu mar
se esconde.