dissabte, 31 de gener del 2015

Los abrazos que miden nuestro tiempo



Hablar en silencio
con el viento siempre presente,
con las luces encendidas
a la espera de la oscuridad
que las estrellas alumbraran.
Caminar siempre
con paso firme y aguerrido.
Descubrir en un instante
que la distancia no existe
cuando nuestros labios están unidos.
El tiempo no es cuestión de segundos
de días o de horas de meses o de semanas…
el tiempo nos pertenece a ambos.
Lo medimos por cada uno de esos momentos
que recuperamos con nuestros abrazos sedientos
de darse hasta el último aliento.