La luz de tu
boca
enciende mis
deseos
y mis ganas
de vivir.
No dejes
que el
brillo de felicidad
que sale de
tus ojos
ceda ante
las lágrimas
del duelo
velado.
Búscate la
mejor de las excusas
para poseer
la razón del amor
y sobrevuela
muy alto con ella.
Que nada se
esconda detrás de ti,
porque tu
lucha diaria
te acerca
más a mí.
Sin más
necesidad
que ser tu
en mí y yo en ti.
Y despertar
cada mañana
con tu
imagen dibujada en mí mente
para que tu presencia
este en mí para siempre.