el mismo
pensamiento invade mi mente.
Es ya una
necesidad
que me
persigue donde voy,
recordándome
cuanto estas presente
en mis momentos de ensueño.
He de
cuidarte y mimarte cada día,
como si
fuera el último día de mi vida.
Quiero perderme
entre tu cuerpo
y despertar
con tu sonrisa perenne en tu cara.
Descubrir a
cada instante
la importancia
de tenerte a mi lado.
Y disfrutar
de ello cada segundo,
cada instante
que me quede por vivir.