La luz no
miente.
Y en tus
ojos hay una luz inmensa
que habla de
felicidad.
Una felicidad
compartida
y que aparta
las sombras
que a veces
se entrometen entre los dos.
Tus ojos son
caramelos en tu cuerpo
que me dejan
ver las razones
que hay para
que tu sonrisa
sea perenne
y eterna
siempre cuando
estamos juntos.