que en la
vida damos
para no
volver a caer
en los
mismos agujeros.
Caminos que
nos permiten
renacer cada
día caminando
uno al lado
del otro,
siempre
cogidos de la mano
para nunca
tener que decirnos adiós.
Detener el
tiempo en el instante
en que
deseo, lujuria y placer
se encuentra
en la avenida de los sueños.