Desde la estación
de la vida,
sigo
buscando el momento
en que pueda
despacio
volverte a encontrar.
Un rápido paseo
por el vagón
de los sueños
me hace ver
la necesidad
de amar y
ser amado.
Con tiempo y
ganas de sentir
de nuevo tu
mirada clavada en mi
y que mis
manos acaricien las tuyas.
Y por
siempre, juntos, agarrados de la mano,
quedarnos en
el anden
de los que
nos queremos con locura.
De los
sueños abiertos al día.