avanzan
entre penumbras.
Mis deseos
son reales.
Mis palabras
inmortales.
Se quedan
para siempre escritas
en los
rincones del aire.
Quisiera verte
hoy mismo,
pero estoy
dispuesto
a esperar
unos días
a que cada
amanecer me ayude
a
despertarme con la luz del alba
y me
recuerde…
que queda un
día menos
para tener
alas
y acercarme
hasta tu piel
y poder
acariciarla.
Para tener
el placer
de estar
cerca de tu morada.