No puedo
negarlo.
Lo conozco
de memoria
y me
satisface.
Mis dedos
han recorrido
cada centímetro
de tu piel
y mis manos
conocen
cada uno de
los rincones
de tus recodos
mas escondidos.
Tu placer
ha mojado
miles de veces mi piel
y cada vez
me sigo sorprendiendo
más de la
eternidad de tu cuerpo.
Conozco tu cuerpo.
No puedo
negarlo.
Y me encanta
que así sea.