y poco a
poco acercarme a ti
para
susurrarte al oído:
aquí me
tienes, a tu lado, para siempre.
Tu ojos
cubiertos por una fina seda negra
y tu corazón
latiendo desesperadamente,
como
queriendo salir de dentro de ti.
Mis manos se
acercan a tu piel
y poco a
poco se deslizan
por todo tu
ser hasta hacerte estremecer.
y tus
latidos son los míos.
Juntos en el
espacio eterno
del deseo incontenible.
Juntos y a
la vez revueltos.
Una imagen
que no escapa de nosotros.
Deseos al
vuelo del tiempo.