con todo su
esplendor
y el agua
del mar
acaricia
suavemente mis pies.
La brisa
marina
me da la
sensación de libertad
que necesito
para, atado de tu mano,
caminar
pisando la fina arena de tu playa.
Mi cuerpo se
llena de ti
y ambos nos
llenamos de mar
y el salitre
penetra en nuestros poros
para llenarnos
de felicidad.
El mismo mar
que cada día
podemos oler
en la brisa
del viento al atardecer.