Sopla el
viento con fuerza
en los
rincones mas profundos
para
desvanecer los malos augurios
desencadenados
en la nocturnidad de las entrañas.
Poco a poco
vuelve la calma
y el sol
deja paso a las gaviotas y sus alas.
La frescura
de la mañana
hace que nos
demos cuenta
del calor que
queda en nuestras almas.