Y construiré
con mis manos y mi mente
un lecho de
nubes de algodón,
donde las
mejores fantasías,
a tu lado se
conviertan en deseos.
Y descubriré
una vez más tu cuerpo
y lo
acariciaré con anhelo, de forma desesperada
como si
fuese la vez más deseada.
Y caminaré
despacio con las yemas de mis dedos
entre los
pliegues de tu espalda
hasta llegar
donde se pierden las curvas de tu falda.
Desearé desearte
con la locura de quien se sabe
amado por
los deseos de su amada.
De nubes será nuestra cama.