Pelear.
Luchar.
Esforzarse
cada día
en ser mejor
para aquellos
que en
verdad se merecen el respeto.
Luchar por
ese amor
que estamos
forjando
a base de
momentos felices
y de golpes.
A base de
placeres y sufrimientos.
Desde la
distancia
y con las
ganas y deseos
de
sobrevivir a cualquier caída,
por dura que
sea.
Deseos
inmensos de que al final,
las manos
unidas de los dos
ganen la
ardua batalla que estamos viviendo.
Las promesas
existen, y en mi mente el deseo
de que mi
promesa de seguir a tu lado eternamente,…
se lleve a
cabo para siempre.